Persigue el sueño sin mirar. Aletea con los ojos cerrados y siente que se mueve. Detrás de él, la vida. Adelante, el vacío. Corta las plumas y deja caer el ensamblaje pesado que traía a cuestas. Desordenando pero decidido. Voló. Vuela. Volará. El movimiento no ha de cesar. Lorca y Llosas, los dos quiso ser pero se dedicó a vender casas. Y su vida transcurrió sin mucho sobresalto.
lunes, 27 de septiembre de 2010
27092010
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