y deja la senda de la insatisfacción.
Reclama tu rumbo perdido,
ese que sólo tu voz puede reclamar.
Todos los caminos llevarán a la muerte.
Y Ella espera siempre serena,
porque no puede ser otro el destino.
En la quietud de un páramo
se posa esa decisión temida y deseada.
Por una cómoda culpa te dejas llevar
Y el tiempo que no es tiempo se escurre.
Esperas a qué o a quién
pero es mentira.
Qué es hoy y quién sos vos.
¿Quién sos vos?
Quién soy yo.
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